Versión de HTML Básico
Introducción
La dimensión familiar en la empresa familiar ha sido escasamente estudiada
desde una perspectiva crítica (de la Rosa Alburquerque et al., 2009). Hemos
revisado aquellos documentos que intentan incluir la dimensión familiar a partir de
su conducta (Chua et al., 1999), o de su cultura (Dyer, 2006)(Astrachan et al.,
2002)(Arregle et al., 2007), o a partir del desarrollo de habilidades y capacidades
organizacionales (familiness) con base en familia (Habbershon & Williams, 1999).
Dentro de este contexto, los referentes familiares aunque sean o no ventajas
competitivas no pueden ser generalizables, esta unicidad y particularidad se gesta
en el habitus familiar y a los diferentes campos que inciden en la dinámica
organizacional. Cada familia es única por su estilo de vida condicionada por su
clase social y la trama de relaciones que se configuran a partir de la distribución e
interpretación de sus capitales (social, cultural, económico) en un tiempo y lugar
determinado (Bourdieu, 1988). Es decir, cada familia determina una visión del
mundo, una forma de pensar, actuar y sentir con respecto a lo que son y al sentido
de sus acciones (Jiménez, 2005). Exigencias que van desde la construcción de la
“familia ideal” que estructura un marco de normas y valores que van desde lo
individual hasta lo colectivo. La representación de su vida en un lugar geográfico,
un contexto histórico, económico y cultural. Los juicios de valor y las creencias que
fundamentan la acción de como desenvolverse en la vida social, como una serie
de distinciones y esquemas casi prescriptivos e intuitivos incorporados al cuerpo y
a la mente de sus integrantes- de forma heterogénea y diversa-.