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Introducción
Desde el momento en que se nace y muere, los seres humanos están
involucrados con una serie de organizaciones que rigen y marcan el sentido de la
vida y viceversa. Individuos y organizaciones interactúan mutuamente para
construir la identidad de cada uno. Una de estas organizaciones son las
universidades, en las que se desarrollan habilidades intelectuales y sociales de los
estudiantes y que determinan las formas de ser, hacer y pensar en el campo
profesional en el cual se desempeñarán y que son parte de nuestra identidad.
El concepto de identidad al igual que el de cultura no puede ser delimitado, ya que
constituye un elemento presente en una realidad subjetiva - cada grupo social en
cierto momento histórico, crea y reproduce una serie de significados que reflejan
su identidad
establecida por procesos sociales que son determinados por la
estructura social y el lugar que ocupan en esa estructura. Con esto queda claro
que la identidad es algo perceptible y cambiante, dependerá generalmente de
cómo nos vemos a nosotros mismos y cómo nos ven los otros.
Aunque existen diversos estudios que analizan la relación escuela – alumno, estos
han sido realizados en su mayoría desde el enfoque de la educación y en diversos
niveles educativos, desde el jardín de niños hasta la universidad, siendo esta
última marco contextual de diversos tipos de investigaciones no solo en el ámbito
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Por ejemplo, en las sociedades complejas, las formas de reproducción de
significados está determinada por la estructura de clases existente y por la
conformación étnica. (Aguado y Portal, 2007).